recuperando a María Magdalena

Y sucedió a continuación que recorría cada ciudad y cada aldea anunciando y dando la Buena noticia del reino de Dios, y los doce con él, y unas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades, María la llamada Magdalena, de la cual fueron expulsados siete demonios; Juana, la mujer de Cusa, un intendente de Herodes, y Susana y otras muchas que los asistían de [con] sus bienes.” (Lc 8,1-3 cf. Mc 16,9).

 

Esta breve cita de Lucas es el único pasaje evangélico que cita a la Magdalena con anterioridad a la Pasión y Resurrección, pues será entonces cuando cobre importancia. María Magdalena es el personaje femenino más célebre del NT, junto a la madre de Jesús. Para los creyentes ella es la prostituta arrepentida que será luego testigo de la resurrección de Jesús. Sin embargo, una atenta lectura de los evangelios parece desmentirlo. En este post, reflexionaremos sobre el retrato de la Magdalena que hacen los evangelios canónicos. (No la de los evangelios apócrifos, que espero poder tratar más adelante, en otro post).


      El apelativo Magdalena se cree que podría ser un gentilicio de la localidad de donde era oriundo el personaje, Magdala; de ahí el nombre por el que nos es hoy conocida: Miryam de Magdala. Magdala era una pequeña pero próspera ciudad comercial de Galilea, ubicada en la costa noroccidental del lago de Genesaret, y situada en la transitada ruta conocida como 'via maris', que comunicaba Mesopotamia con Egipto. Allí se vivía de la pesca en el lago, que era canalizaba en buena parte hacia su puerto, pero sobretodo de la agricultura. Hoy Magdala está en proceso de excavación, destacando su sinagoga (en vigor antes del año 70), su puerto (en el que se hacían transacciones comerciales para la venta del pescado) y su mercado, ilustrado en la fotografía (finales oct. 2013).

 

       Dicho esto, ¿qué podemos deducir del pasaje del NT antes citado?

 

1. La apelación de "la llamada Magdalena" indica que, seguramente, no estaba casada o bien su esposo habría muerto, pues de lo contrario se habría acompañado su nombre con el del marido, como se hizo con Juana. En cambio, en su lugar se colocó el gentilicio.

2. El hecho de que su nombre aparezca en primer lugar –aquí y en los demás pasajes donde es citada–, parece dar a entender que su posición podía ser destacada respecto a las demás mujeres seguidoras de Jesús.

3. La expresión “siete demonios” podría indicar que fue curada de una enfermedad tal vez de origen psiconervioso, o bien de un pecado grave. En el judaísmo antiguo se pensaba que los demonios invadían las personas y destruían su salud y su facultad de razonar.

4. Era una seguidora de Jesús (el término discípula es también posible, pero depende del sentido que se le dé).

5. Tal vez inició su discipulado a raíz de su curación, que pudo bien ser obrada por el mismo Jesús.

6. Jesús en algunos momentos de su predicación por lo menos, iba acompañado de mujeres, y estas le ayudaban en sus problemas diarios de mantenimiento. 


      Aunque la Magdalena, antes de la Pasión, solo aparece citada en un único versículo de un único evangelio canónico, si contabilizáramos los relatos de la pasión y la resurrección, la Magdalena pasaría a ser citada más de quince veces, lo que la convertiría en la mujer más nombrada de todos los evangelios canónicos. Extrañamente, ya no aparece en los Hechos de los apóstoles, que narran lo que hicieron los apóstoles tras la muerte de Jesús, y su nombre no cobrará importancia hasta una época posterior, a través de algunos evangelios llamados apócrifos (evangelios de María, Felipe y Pistis Sofía), escritos entre mediados del s.II y finales del s.III.

 

       Ahora bien, si en ninguno de todos estos textos (canónicos o apócrifos) es descrita como prostituta, entonces,...

 

¿de dónde sale esa imagen de María Magdalena como prostituta redimida por Jesús?

 

'Magdalena penitente' (1576-78)

Obra barroca del pintor griego afincado en España Doménikos Theotokópoulos, 'El Greco'

(Museo de Bellas Artes de Budapest, Hungría)

El seno izquierdo descubierto denota ese supuesto pasado pecaminoso.

 

      La confusión parece partir de una homilía del papa Gregorio Magno (papa 590-604), quien identificó a la Magdalena con la pecadora que ungió los pies de Jesús en casa de un fariseo (Lc 7,36-50; aunque en Marcos y Mateo le ungía los cabellos). Pero esa identificación no tiene base neotestamentaria ni histórica que la sustente. Tampoco se la de confundir con la adúltera que no prostituta del célebre episodio joánico de la lapidación: “Aquel de vosotros que esté sin pecado que le arroje la primera piedra” (exclusivo de Jn 8,7). Así pues, María Magdalena no es ni esa pecadora ni esta adúltera. (Y tampoco es la hermana de Lázaro, aunque esta se llame María). Por tanto, todos esos libros o películas que muestran a la Magdalena como una prostituta, ayudan a difundir un error grave, y empañan así el nombre de un personaje de la antigüedad que, además, es un personaje femenino muy relevante en el NT.

 

       Por otra parte, el fragmento “... y otras muchas que los asistían de [con] sus bienes” (Lc 8,1-3), es considerado por varios autores un añadido de Lucas, quien se inspiraría así, en un pasaje similar de Marcos, mucho más antiguo: “había también unas mujeres observando desde lejos, entre las cuales estaba María de Magdala,...las cuales estaban en Galilea, lo seguían y ayudaban, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.” (Mc 15,40-41). Lucas habría añadido “con sus bienes”, para engrandecer el estatus de los personajes que rodeaban a Jesús.

 

 

¿De donde viene entonces la importancia de la Magdalena?

 

 

       Su prestigio se debe tanto al hecho de que ella se mantuvo firme ante el martirio del maestro, como a que fue testigo del anuncio de la resurrección. Ahora bien, otras mujeres estuvieron presentes en ambas situaciones y su rol no ha trascendido tanto. Probablemente, el punto clave lo marque el relato de la resurrección de Juan  (Jn 20,1-18), en el que la Magdalena se convierte en la primer testigo en solitario de la resurrección de Jesús, con quien incluso mantiene un diálogo especial, que ha dado mucho que hablar.

 

       Sin embargo, también a ello debemos añadir algunos matices:

 

1. La Magdalena observó el martirio de la cruz, pero junto a otras mujeres.

2. La Magdalena fue testigo de la resurrección, pero junto a otras mujeres.

3. El relato joánico de la resurrección tiene que leerse, como muchos de los pasajes de Juan, en clave simbólica y teológica, pero no histórica. Juan da una visión muy distinta a la que da el texto más primitivo de Marcos (Mc 16,1-8!: pues los versículos 9-20 son un añadido posterior).

4. Además, el NT ofrece un relato de la resurrección que parece distinto al del sepulcro vacío, como muestran Pablo (1 Cor 15,4-5) la fuente más antigua del NT y Lucas (Lc 23,34), señalando ambos a Pedro como el primer testigo.

 

       En conclusión, una hipótesis que tiene más validez con lo que los textos dan a entender es la siguiente: María Magdalena sería una mujer de Magdala, no casada (o viuda), que es salvada de Jesús de unos tormentos (más bien en el ámbito psíconervioso?), posiblemente mediante un exorcismo, y que se erige entonces en una discípula fiel del maestro, a quien ayuda en la medida de sus necesidades, siendo luego testigo, a distancia y junto a otras mujeres, de su muerte en la cruz. En cuanto al tema de la resurrección, debe señalarse que ello trasciende los caminos de la historia...


       Reflexiones como esta se encuentran en la novela y más ampliadas en el análisis histórico que realicé.


       Un saludo,

       Jon C.


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Comentarios: 3
  • #1

    Mónica (sábado, 05 diciembre 2015 12:20)

    Hay algún libro, como 'el código da vinci', que habla de una posible relación de María Magdalena con Jesús. Tiene alguna base histórica esto?, explicaría la importancia de ésta en la resurección?

  • #2

    Jon C (domingo, 06 diciembre 2015 10:34)

    Hola Mónica,
    la novela ‘el Código da Vinci’, como bien dices, defiende la hipótesis de un matrimonio entre Jesús y María Magdalena, supuestamente inaugurado en el episodio de las bodas de Caná (Jn 2), siendo ellos dos los prometidos. El autor de esta novela, Dan Brown, creo que tomó como base la obra ‘El enigma sagrado’ (The holy blood and the holy grail, 1982), escrita por M. Baigent, R. Leigh y H. Lincoln.
    Puedo decirte que, tras documentarme razonablemente bien durante más de siete años, no he encontrado en la literatura científica, mención alguna a estos tres autores y a su hipótesis, en gran parte porque las fuentes históricas que ellos tres utilizaron eran modernas y, además, generalmente no autentificadas, por lo que no quedan históricamente validadas. Por lo que respecta al NT, que es la fuente más antigua sobre Jesús –aunque esté manipulada–, no contiene evidencias que sugieran un matrimonio entre él y María Magdalena.
    El personaje de la Magdalena, como bien dices, cobró importancia gracias a la resurrección, pero especialmente a la narrada por Juan, el evangelista más tardío (su obra se fecha hacia el año 100), quien la hizo su primer testigo en solitario y añadió, además, un diálogo privilegiado con el Jesús resucitado, que algunos han querido interpretar como entre dos personas amadas. Sin embargo, la mayoría de historiadores, teólogos y filólogos especializados saben que Juan escribe con un lenguaje simbólico muy elaborado y difícil de entender en una primera lectura, y algunos de estos autores consideran su obra enmarcada dentro de un gnosticismo incipiente, es decir, en el sentido de que Jesús sería siempre un ser absolutamente divino que, tras la resurrección, revelaría entonces una verdad oculta y solo a unos pocos privilegiados. Pero la opinión mayoritaria entre la crítica histórica es que esa conversación – de la cual no saben nada Marcos, Mateo ni Lucas, que son los textos más antiguos (escritos entre los años 70-85/90)–, debe considerarse simbólica. Si lees la primera versión de la resurrección (Marcos 16,1-8; los vv.9-20 son un añadido posterior del s.II) y la de Juan (Jn 20,1-18), escrita unos treinta años más tarde, verás que no son solo distintas, sino opuestas en muchos sentidos. Fíjate, por ejemplo, en el rol más bien negativo que juegan el amigo de Jesús y, especialmente, Pedro, que no entienden. La Magdalena sí cree y se mantiene fiel, y es por ello recompensada.
    Además de la resurrección, la importancia de la Magdalena se debe también a algunos evangelios apócrifos, donde ella aparece como una discípula muy próxima a Jesús, una mujer sabia que dispone del conocimiento verdadero del pensamiento de su maestro, como en el evangelio apócrifo de María, de quien se decía que “el Salvador te quería más que al resto de las mujeres” (EvM p.10), y donde solo ella acierta a transmitir la explicación del Señor, y no los apóstoles. O el evangelio apócrifo de Felipe, donde se reconoce que María es compañera de Jesús (EvFel, 32; 55b), y Jesús la besaba en la boca (EvFel 55b). Pero el beso en la boca (ósculo) era una forma de transmisión del conocimiento, sin connotaciones sexuales. Existen también más apócrifos donde aparece María Magdalena: el Diálogo del Salvador (s.II), y especialmente, el llamado Pistis Sofia (s.III), donde es ella quien realiza el mayor número de preguntas al Jesús resucitado. Pero estos textos son de los ss.II-III y se circunscriben dentro de una corriente de pensamiento del cristianismo primitivo, la gnóstica, que nada tiene que ver con el Jesús histórico, sino con el conocimiento secreto que un Cristo celestial y no humano revela tras la resurrección. En definitiva, hasta el momento al menos, no hay base textual ni histórica alguna para aceptar una relación matrimonial entre Jesús y María Magdalena, aunque esta historia pueda parecer, a muchos, interesante y hasta hermosa.
    Un saludo,
    Jon C

  • #3

    Mónica (martes, 08 diciembre 2015 14:06)

    Gracias por su respuesta tan completa. Haré lectura detallada de estos versículos que me nombra.
    Saludos