La matanza de los inocentes

“Entonces Herodes, al ver que había sido engañado por los magos, se encolerizó mucho y mandó matar a todos los niños de Belén y en todas sus comarcas, desde la edad de dos años hacia atrás, según la edad que calculó de los magos. Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías cuando decía: ‘Una voz se oyó en Ramá, un llanto y un lamento abundante; Raquel, que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque no están’.” (Mt 2,16-18)

 

'La matanza de los inocentes', obra barroca del pintor flamenco Pier Paul Rubens (hacia 1610). Treinta años después, el pintor hizo una segunda versión. (Galería de Arte de Ontario, Canadá).

 

 Históricamente, no hay constancia histórica de una matanza de recién nacidos y niños menores de dos años, supuestamente ordenada por Herodes el Grande. Flavio Josefo, el historiador judío del s.I, que es quien más información ha proporcionado sobre este rey judío, no la relató. Y sí, en cambio, relató otros hechos indignos y hasta crueles del rey. (Josefo utilizó, entre otras, la biografía de Herodes escrita por Nicolás de Damasco y unas memorias personales del rey, ambas obras hoy perdidas).

En todo caso, tal afirmación –que probablemente pretendía equiparar a Jesús con Moisés, el libertador y mesías por excelencia del Antiguo Testamento (véase por ejemplo Ex 1,22)– podría tener una explicación basada en dos hechos históricos:

  • El rey Herodes ordenó la muerte de tres de sus hijos: Aristóbulo, Alejandro y, pocos días antes de morir, a Antípater.
  • La última voluntad dada por el propio rey a su hermana Salomé – quien la incumplió –, de que 300 notables del país fueran ejecutados a flechazos en el hipódromo de Jericó, el día de su muerte, para que el pueblo judío si llorara de verdad en el día de su funeral.

           Este relato unido a la huída a Egipto donde Jesús, según Mateo, pasó su primera infancia (Mt 2,13-15), y su vuelta final a Israel (Mt 2,21) mantiene conexiones evidentes con la figura de Moisés (Mt 2,19-20 cf. Ex 4,19).

 

El paralelismo entre Jesús y Moisés que pretende mostrar el evangelista Mateo es continuo:

  • La búsqueda del mesías recién nacido por parte del rey Herodes y la del faraón de Egipto (Mt 2,13 comparar con Ex 2,15).
  • La orden de muerte de los infantes de hasta 2 años, dada por el rey, con la de los recién nacidos varones ordenada por el faraón (Mt 2,16 cf. Ex 1,22).
  • La infancia de Jesús pasada en Egipto y su vuelta a Israel.
  • Tras el bautismo, Jesús fue al desierto y ayunó 40 días y 40 noches, como también Moisés estuvo 40 días y 40 noches de ayuno en el Sinaí esperando los mandamientos (Mt 4,2 cf. Ex 34,28).

El relato de Mateo contiene implícita una connotación teológicamente cuestionable: el hecho de que el nacimiento de Jesús –futuro redentor de la humanidad–, implicara la muerte de una multitud de niños inocentes.

 

Escena de la fachada de la Sagrada Familia de Barcelona, obra diseñada por Antoni Gaudí, que representa la masacre de los inocentes. Un soldado armado, de pie sobre los cuerpos de dos niños, se dispone a arrojar al suelo a un recién nacido, desoyendo los ruegos de su madre.

 

Con este post, cerramos este pequeño ciclo dedicado al Nuevo Testamento y a la Navidad.

Un saludo,

Jon C.


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