La sociedad judía en el s.I - Los Esenios, Qumrán y los Manuscritos del mar Muerto

 

       Continuando los últimos tres posts sobre el contexto histórico del s.I, abordaremos hoy un cuarto grupo, los esenios, descritos especialmente por tres autores del s.I: el erudito judío Filón de Alejandría, el historiador judío romanizado Flavio Josefo y una breve crónica del historiador romano Plinio el Viejo, además de por algunos de los llamados manuscritos del mar Muerto: el documento de Damasco, la Regla de la comunidad y la Regla de la Guerra.

     Los evangelios no mencionan explícitamente a los esenios –aunque para algunos autores podrían corresponderse con los “escribas y doctores de la ley” y para otros con los "herodianos", dado que Herodes les tenía en buena consideración–, pero los incluimos en este blog por cuatro razones principales:

 

Maqueta de la ciudad de Jerusalén justo antes de la primera guerra judeorromana (66-70/73). En el lado suroeste, puede verse la llamada PUERTA DE LOS ESENIOS (flecha blanca), por donde se dice que estos salían para hacer sus necesiades, pues no querían 'manchar' la ciudad santa. Al extremo sudeste puede verse la Ciudad de David (la Jerusalén más primitiva), una estructura alargada con muralla propia y, justo arriba, una enorme estructura rectangular, el Templo de Jerusalén. Adosado en su lado norte puede verse la fortaleza o Torre Antonia, sede de la cohorte romana estacionada en la ciudad. (Fotografía del autor, publicada con autorización del Museo de Israel, Jerusalén. Escala 1:50; 2cm.: 1m.).

 

1)  Los esenios formaban parte del judaísmo de la época de Jesús, aunque fueran una minoría (unos 4.000 se dice) y no jugaran un rol en la política nacional, pues vivían más bien al margen de la sociedad, mayormente en las ciudades de Israel/Palestina o bien aislados. Su origen no es claro, pero al parecer hunde sus raíces en la tradición apocalíptica judía de finales del s.III e inicios s.II a.e.c., que continuó bajo la dominación romana. Sus comunidades estaban organizadas con unos miembros superiores, a los que los demás obedecían. Había sacerdotes y laicos y vestían todos de blanco usando túnicas y paños de lino, lo que podría sugerir un origen sacerdotal. Se alejaban del alcohol y el sexo, comían muy parcamente y de forma comunitaria, y compartían todos los bienes que tenían. No tenían esclavos, vivían principalmente de la agricultura aunque algunos tenían un oficio y se preocupaban mucho de los enfermos y de los más ancianos del grupo.

 

Practicaban aún más estrictamente la ley que los fariseos más rígidos, por ejemplo, respetando el shabbat hasta el punto de cocinar el día anterior y no defecar ese día; y aunque estaban apartados del templo, le enviaban ofrendas (aunque sin sacrificios animales). Creían en un cuerpo corruptible y en la inmortalidad del alma, como Jesús, y practicaban constantes baños de purificación. Aunque seguían un modo de vida pacífico, participaron en la primera guerra judeorromana (66-70/73); tal vez porque pensaron, de alguna manera, que esta formaba parte del inicio del fin del mundo anunciado por los profetas, pues los esenios eran un grupo apocalíptico.

 

A la derecha de la imagen pueden verse algunas cuevas del desierto, cerca de Qumrán, en las proximidades del mar Muerto, al sur de Israel (fotografía del autor).

 

2)  Un grupo de esenios parece ser que se aisló a vivir en una comunidad en el desierto (hoy Khirbet Qumram, en árabe, ‘ruinas de Qumrán’) y serían los autores de los manuscritos del mar Muerto (hipótesis Groningen), muy importantes para el conocimiento del judaísmo de la antigüedad y una mejor ubicación del Jesús histórico. Esta comunidad – cuyo nombre en la antigüedad sería ‘Damasco’ –, ocupó este yacimiento desde mediados del s.II a.e.c. hasta el 68, cuando el sitio fue destruido por las legiones romanas. Su origen parece ser el nombramiento de Jonatán ‘Macabeo’ como sumo sacerdote hacia el 150 a.e.c. (Aunque otros postulan una fecha anterior). Se produjo entonces un conflicto con el llamado ‘maestro de Justicia’, un antiguo sacerdote o sumo sacerdote del templo que habría sido apartado de su cargo, y se convertiría después en el fundador de esta comunidad, que se escindió del movimiento esenio original hacia el 130 a.e.c., y cuyos miembros se autodenominaban ‘hijos de la luz’ y se piensa que esperaban allí el inminente fin del mundo y la recompensa de Dios por su fidelidad extrema a la ley.

    (Otra hipótesis es que se trataba de una comunidad henóquica, es decir, seguidora del patriarca Henoc, séptimo varón descendiente de Adán, por el importante corpus de libros de Henoc que allí se encontraron).

 


El 'Santuario del Libro' es un lugar aparte dentro del Museo de Israel que contiene los rollos del mar Muerto, junto con el Museo Rockefeller de la misma ciudad de Jerusalén. El conocido como rollo de cobre, al parecer una especie de mapa de los tesoros del templo de Jerusalén, se encuentra  sin embargo en el Museo Arqueológico de Ammán, Jordania, (fotografía del autor).

Fragmento de papiro  escrito en griego con letra uncial (mayúscula). Los rollos del Mar Muerto están escritos sobre pergamino y papiro, en hebreo, arameo y algunos en griego. Abarcan desde la segunda mitad del s.III a.e.c. hasta el año 68. A día de hoy están todos publicados. Se han encontrado también manuscritos en otros lugares cercanos: Masada, wadi Murabba'at y Nahal Hever.


      Los manuscritos (o rollos) del mar Muerto son un conjunto de 850 manuscritos descubiertos progresivamente poco después de la Segunda Guerra Mundial, que fueron ocultados en grandes jarras de cerámica selladas a lo largo de 11 cuevas distribuidas en pequeñas montañas del desierto, cerca de Qumrán, al NW del mar Muerto. En conjunto, son:

 

a) testigos de un grupo marginal de seguidores del Maestro de Justicia que se retiraron al desierto esperando el fin del mundo.

b) Son muestra de una literatura y teología anterior a la destrucción del Templo en el año 70, y ayudan a comprender la enorme diversidad de la sociedad judía de esta época (s.II a.e.c – 68) que antes se desconocía;

c) Han proporcionado escritos de casi todos los libros del Antiguo Testamento (incluidos algunos deuterocanónicos) los cuales son, además, las copias más antiguas hoy conservadas.

d) Han proporcionado apócrifos del AT, como los libros del profeta Henoc.

e) Los textos del mar Muerto no aportan información directa sobre Jesús de Nazaret o Juan el Bautista, y no contienen ninguna obra del NT. Sin embargo, el reflejo que hacen de una sociedad judía heterogénea, diversa, ayuda a comprender mejor el mundo judío donde Jesús creció y se educó, así como los distintos cristianismos surgidos ya al poco de la muerte del maestro. No se habla en Qumrán de Jesús, en gran parte porque la gran mayoría de manuscritos se escribieron con anterioridad a la vida pública de este.

 

Continuaremos este post la semana que viene abarcando los dos últimos puntos:

3) La relación entre los manuscritos del mar Muerto y el cristianismo primitivo

4) Las semejanzas y diferencias de los esenios con Juan el Bautista: ¿Pudo ser él un esenio?

 

Un saludo,

Jon C.


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Comentarios: 1
  • #1

    Bertha Alicia Fierro (sábado, 29 diciembre 2018 05:24)

    Interesante,