La Jerusalén de Jesús - El ciclo del agua

       

     Hemos visto ya en los posts anteriores la topografía de la ciudad de Jerusalén así como la distribución de su muralla en el s.I y sus diferencias con la muralla actual. Abordaremos ahora el tema del agua, uno de los elementos imprescindibles en la elección y funcionamiento de cualquier núcleo habitado.

      La ciudad de Jerusalén, como dijimos, guarda relación con tres torrentes, tres ríos pequeños cuyo caudal varia mucho estacionalmente. Se usa el término árabe 'wadi' para definirlos. Estos torrentes, que circulan en paralelo a la ciudad de norte a sur son: el torrente del Hinnon, que discurre por el oeste y luego la rodea por el sur, el torrente del Tyropéon, que cruza la ciudad casi por la mitad, y, más al este, el torrente del Cedrón, que da acceso al monte de los Olivos. Jesús alude a veces en sus discursos a la Gehena como lugar de castigo para aquellos que rehusan escuchar su mensaje (Mt 23,33). Se cree que la Gehena era el nombre griego para el valle del Hinnon, al cual se llevaban también los deshechos de la ciudad. El torrente del Cedrón es citado cuando Jesús y su grupo lo cruzan para ir a Getsemaní, camino al monte

   de los Olivos (Jn 18,1).

(Mapa: Daniel-Rops, La vida cotidiana en Palestina en tiempos de Jesús, Librería Hachette. Nueva colección Clío. Buenos Aires, 1961)

 

       El agua en las ciudades del Imperio Romano era utilizada esencialmente para tres fines: abastecer las fuentes públicas (fontes), alimentar las termas (thermae) y, finalmente, promover un suministro regular de agua a las principales casas (domus) de la ciudad. Jerusalén en la época de Jesús, se encontraba bajo el Imperio Romano, pero, además, como ciudad judía principal, el agua era utilizada para dos fines muy importantes: abastecer las numerosas piscinas de purificación (en hebreo plural, mikvaoth; mikveh en singular) que existían (privadas y públicas) y proveer de agua al templo, que contaba con piscinas de uso público para la purificación, ya fuera para la gente común o el sacerdocio.

 

       Un punto de abastecimiento de agua potable para la ciudad, presente ya desde muy antiguo, antes de que David conquistara - según la tradición - la ciudad a los jebuseos, era una fuente situada al SE y conocida como fuente de Gihon. En el s.VIII a.e.c., el rey hebreo Ezequías, para evitar una capitulación de Jerusalén por medio del asedio, construyó un túnel subterráneo de más de medio quilómetro que conducía el agua desde el manantial de la fuente de Gihon hasta el interior de la ciudad. Allí, el agua sería almacenada en un embalse y una parte conducida hacia una gran piscina pública, la piscina de Siloé. Según el NT, Jesús sanó a un ciego de nacimiento utilizando su saliva y tierra, e hizo que el hombre se limpiara en la piscina de Siloé, muy concurrida, para que todos pudiesen presenciar la curación (Jn 9). La piscina había sido antiguamente destruida por el monarca babilonio Nabucodonosor II (s.VI a.e.c.) cuando arrasó la ciudad, y reconstruida luego por el rey Herodes el Grande cinco siglos después. La piscina de Siloé de Herodes fue descubierta en 2004, pues lo que se consideraba la piscina de Siloé era en realidad la piscina que la emperatriz bizantina Licina Eudoxia mandó construir a mediados del s.V, donde se creía que terminaba el túnel de Ezequías. La piscina de Siloé herodiana - la que estaba vigente en época de Jesús y que también puede visitarse -, se situaba justo al norte del gran estanque que servía de reservorio de agua para la ciudad, y fue descubierta a unos 150m. al sureste de la piscina bizantina, en el curso de unas obras. El espacio que ocupan la piscina y el gran estanque recibe el nombre de Birket el Hamra (en árabe, ‘piscina manchada de arcilla’). La piscina era más bien cuadrada y contaba en tres de sus lados con tres grupos de cinco escalones cada uno, separados por respectivos rellanos. La persona descendía así por los escalones hasta el nivel donde llegara el agua. Es posible que esta gran piscina fuera una mikveh, pero no hay unanimidad al respecto.

 

        Existía otra fuente desde antiguo, llamada En-Rogel, posiblemente conocida también como la "fuente del dragón" (Nehemías 2,13), situada donde se juntaban los valles del cedrón y del Hinnom.

A la izquierda de la imagen puede verse el torrente del Tyropéon en el curso del cual se habían erigido algunos puentes para cruzarlo cuando iba lleno, por ejemplo en primavera. La puerta en el margen inferior izquierdo de la muralla es la puerta del estiercol, por donde se sacaba la basura al valle del Hinnon (la Gehena) y se incineraba. A la derecha del torrente, en el centro de la imagen, puede verse una reconstrucción de la piscina de Siloé, con escaleras a banda y banda, (en esta reconstrucción no existen escaleras para descender al interior de la piscina, posiblemente porque no se consideró una mikveh). A la derecha, el espacio alargado que queda entre murallas es la ciudad de David, que ocupa el monte Ofel, y que es el núcleo primigenio de la ciudad, es decir, la ciudad de Jebús, conquistada por el rey David a los jebuseos, y renombrada luego como Jerusalén. (Maqueta de la Jerusalén del s.I que se encuentra en el Israel Museum, Jerusalén. Foto del autor).

 

       Las numerosas piscinas de la ciudad (privadas pero también públicas), tenían la función de servir como reservorio de agua o bien como lugares donde cumplir con el ritual de purificación judío, pues el agua limpiaba las impurezas (no es una cuestión de higiene sino de purificación religiosa). Para que una piscina sirviera como lugar de purificación era necesario que el agua entrara en ella de forma natural y luego, por medio de algún desagüe, que fuera drenada, de forma que el agua siempre circulara y no se estancara. Tenía que ser, pues, una agua viva, en movimiento. Por ello, las piscinas purificadoras contaban con escaleras descendientes, a menudo para adentrarse en el subsuelo buscando agua. Jerusalén contaba con otras piscinas públicas importantes, como la piscina probática o de las ovejas (probaton: oveja, en griego) o de Betzatha (puesto que se erguía en la colina del mismo nombre) o de Bethesda, utilizada antiguamente para purificar a las ovejas que iban al templo a ser sacrificadas. (En época de Herodes, una nueva piscina creada por él, la piscina de Israel, situada un poco más al sur, pasó a ser utilizada por los servicios del templo). La mentalidad judía de la época atribuía a las aguas un poder curativo y, en época de Jesús, todavía había enfermos que se bañaban en sus aguas buscando su sanación. La piscina probática aparece en el NT, siendo el lugar donde Jesús curó a un inválido (Jn 5). Tal y como se ha descubierto arqueológicamente y como señala el NT, esta piscina tenía cinco pórticos; puesto que estaba formada por dos grandes recipientes contiguos (uno encima del otro para que el agua decantara del primero, una vez lleno, hacia el segundo), construidos en épocas distintas, y estaba rodeada de pórticos por sus cuatro lados más un quinto pórtico en medio de los dos.

 

       Herodes el Grande llevó a cabo numerosas obras públicas en la ciudad de Jerusalén, además de iniciar la magna ampliación del templo. Así, construyó dos nuevas piscinas, la llamada piscina de las serpientes y la piscina de Ezequías, que pasaron ambas a ser parcialmente alimentadas por un antiguo reservorio de agua (hoy desecado) conocido en inglés como Mamilla's pool - cuyo origen y nombre no son claros -, a unos 600m. al NW de la puerta de Jaffa, a través de pequeños acueductos. Este reservorio hoy se sabe que no pudo estar alimentado por ninguno de los dos acueductos mayores que llegaban a Jerusalén - y que veremos a continuación - dada la elevada altitud a la que se encuentra. Ambas piscinas también estaban alimentadas parcialmente por agua de lluvia. Por otro lado, un canal procedente de la piscina probática permitía alimentar otra piscina, más pequeña, llamada piscina de Struthion (‘gorrión’), que quedó incorporada a la Torre Antonia, sede del destacamento romano permanente en la ciudad.

 

La piscina probática era una doble piscina con cinco pórticos (el quinto en medio de las dos). La piscina estaba fuera de muralla en época de Jesús, aunque posteriormente quedó dentro de un nuevo muro (la tercera muralla) construido por Agripa I hacia los años 40'. Los restos actuales de la piscina (izquierda) son una amalgama constructiva de distintas épocas difíciles de identificar. (Foto del autor, izq. / Maqueta del Israel Museum, derecha).

 


       El agua, además, llegaba a la ciudad desde el sur por medio de dos acueductos, existentes ya en la época de Jesús y que transportaban el agua desde los manantiales de las colinas de Hebrón, puesto que estos permitían la altura suficiente (850m. aprox.) para poder transportar el agua hasta la ciudad de Jerusalén, una ciudad con una altitud considerable, (750m. aprox. del nivel del mar). A notar que el grado de declinación exacto es la clave del funcionamiento de un acueducto: una pendiente excesiva terminará erosionando el revestimiento del acueducto y una pendiente mínima provocará que las pequeñas partículas (microarenilla) que arrastra el agua se vayan depositando y terminen obstruyendo el caudal de agua. Estos acueductos se alimentaban en las llamadas piscinas de Salomón (765m.), a unos 10 km. al sur del área de Belén (por tanto al sur de Jerusalén). A su vez, estas piscinas recibían agua de fuentes naturales pero también de dos acueductos ubicados todavía más al sur:

 

      - el acueducto de Arrub: que parte del area del wadi Arrub, más al SE que Belén y a 830m. sobre el nivel del mar, que circula muy sinuosamente hasta llegar a las citadas piscinas de Salomón y continua luego hasta conectarse con el acueducto de bajo nivel, en un extenso y serpenteante recorrido completo de 39km.

 

    - el acueducto de wadi Biyar: de una longitud mucho menor al anterior, unos 4'7km., y subterráneo en una buena parte, recogía el agua de una piscina ubicada a 870m. al SW de Jerusalén y la transportaba hasta las citadas piscinas de Salomón.

 

       Dicho esto, los dos acueductos mayores que salían de las piscinas de Salomón en dirección norte a Jerusalén, y cuyos recorridos son notablemente conocidos desde el s.XIX, y han sido estudiados más modernamente por Amihai Mazar a finales de los años 1960' y Ya'aqov Billig en los 1990', son sin embargo menos conocidos en sus tramos en los alrededores y en el interior de la ciudad Jerusalén. Estos dos acueductos son:

 

       - El acueducto de bajo nivel que, en las inmediaciones de la ciudad, cruzaba de la ladera oeste a la ladera este del valle del Hinnon y en ese punto alimentaba un embalse, la ya citada piscina o foso de las serpientes, llamada así por el recorrido sinuoso que el acueducto hacía al rodearla. Este acueducto, construido en época asmonea (mediados s.II a.e.c. aprox., atribuible tal vez al rey judío Alejandro asmoneo) llegaba hasta el monte del templo (donde el agua era recogida en una enorme cisterna subterránea), y alimentaba también las piscinas circundantes del mismo templo de Jerusalén. Se le calcula un recorrido completo de 21'5 km y un desnivel total de 30m. desde su origen a su destino en el monte del templo, penetrando en la Ciudad Vieja de Jerusalén por la actual puerta Dung. En 2009, restos de este acueducto fueron descubiertos por el IAA, así como acueductos posteriores ubicados en esa zona (uno de época bizantina y tres de época musulmana, lo que refuerza que el lugar era idóneo). La piscina de las serpientes (también conocida como la piscina del Sultán, en referencia a Solimán el Magnífico, quien la reconstruyó en el s.XVI), fue erigida originalmente en el periodo herodiano.

 

 

 

Un tramo del acueducto de bajo nivel descubierto recientemente en el barrio de Umm Tuba, cerca de Har Homa, en la parte oriental de Jerusalén, durante la construcción de un alcantarillado.

(Noticia publicada por el diario Haaretz, fotografía de Assaf Perez, Israel Antiquities Authority).

 

        - El acueducto de alto nivel, del que se encontró un tramo en 2010 en las inmediaciones de la puerta de Jaffa, al oeste de la ciudad, y cuya datación se establece en el s.II, tras la destrucción de la ciudad de Jerusalén por el ejército romano (135 a.e.c.) y su refundación como Aelia Capitolina, aunque se cree que fue previamente construido por Herodes el Grande (s.I a.e.c.) en su plan para aumentar los recursos hídricos de la ciudad y que los romanos lo restauraron tiempo después. Tenía un recorrido de unos 13km y circulaba a una altura mayor que el anterior. Al llegar a la piscina del Sultán giraba al SE hacia la puerta de Jaffa y alimentaba la llamada Ciudad Alta (la parte rica de Jerusalén), el palacio de Herodes y llegaba hasta su última destinación, la piscina de Ezequías (posiblemente la llamada piscina de la Almendra o de las Torres), ubicada en las inmediaciones de la citada puerta.

 

       Existía un tercer acueducto que salía de las piscinas de Salomón pero esta vez en dirección sur, el llamado acueducto del Herodion. De menor longitud que los dos anteriores, pasaba cerca de Artas y se dirigía hacia el SE hasta el Herodion (758m.), un palacio fortificado que Herodes se hizo construir (y donde fue enterrado) que tenía una gran piscina que este acueducto alimentaba con sus aguas.

 

       Según relató el historiador judeorromano Flavio Josefo (Ant. Jud., XVIII,60; Guerra II,175-177), Poncio Pilato - prefecto de la provincia romana de Judaea entre los años 26-36 - decidió usar el dinero del Templo para construir un acueducto que trajese más agua a Jerusalén. Esto provocó una protesta muy importante que fue disuelta por el mismo Pilato con mano dura, introduciendo hombres suyos entre los "manifestantes". Josefo explica que muchos perdieron la vida y que aumentó el odio y el recelo hacia Pilato. Algunos autores, como Mazar, han pensado que el ya citado acueducto de Arrub, se correspondería con este acueducto, aunque no puede asegurarse. Además, es posible que Pilato solo pretendiere mejorar un acueducto y no construir uno nuevo. En todo caso, no hay una fecha clara para ese incidente, que pudo o no coincidir con la vida de Jesús.

 

       En el próximo post, veremos algunos de los principales monumentos cristianos de la ciudad (el cenáculo, la casa de Caifás,...) o lugares (el Gólgotha, el via crucis,...) y discutiremos su ubicación real.

 

Un saludo,

Jon C.


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Comentarios: 1
  • #1

    Samuel Caraballo-López (domingo, 13 agosto 2023 11:05)

    Excelente información. Muchas gracias.