La Última Cena (II)

Aprovechando la cercanía de la Semana Santa, seguimos abordando el episodio conocido en el mundo cristiano como la Santa Cena.

Entramos en materia y respondemos hoy la primera de las tres preguntas que expusimos en el anterior post:

 

   

     ¿Fue una cena de Pascua o no lo fue?

 

 

'La última Cena' (1495-97) es también el título de la "archiconocida" obra del genio de la Toscana LEONARDO DA VINCI. Es tal vez la única obra donde el cáliz no es representado (de hecho no hay copa alguna en la mesa). Tuviera o no el maestro renacentista la intención, lo cierto es que la ausencia del cáliz coincidiría con el hecho de que la última cena no fue una cena pascual. Históricamente, elementos como la enorme mesa alargada, las sillas o la habitación iluminada por la luz solar, y a través de grandes ventanales, són erróneas (Santa Maria delle Grazie, Milán).

          Como dijimos en el post anterior, en el NT existen dos versiones de la última cena. Gran parte de la crítica histórica opta por la versión joánica, es decir que, como escribe el evangelista Juan, la última cena fue la víspera anterior a la cena de Pascua, pero no fue la cena pascual. Aunque pueda resultar algo sorprendente que precisamente fuese Juan, el evangelio más teológico de los cuatro canónicos, el que no hiciese coincidir la última cena con la cena pascual, la explicación es que Juan hizo coincidir el día de la muerte de Jesús con el del sacrificio del cordero pascual (que era el día antes de Pascua), pasando a ser Jesús, simbólicamente, “el cordero de Dios” (Jn 1,36) dispuesto para el sacrificio (cf. Is 53,7: “...como cordero llevado al matadero...”, frag.). Ahora bien, dejando de lado los motivos teológicos joánicos, históricamente encaja mucho mejor esta fecha respecto a la que aportan los otros tres evangelios (los llamados sinópticos), pues, entre otros motivos – que veremos más adelante –, no solo sería incoherente, como estos proponen, el perdón de Barrabás para asistir a la cena pascual (si esta ya había sucedido), si no también resultaría poco creíble que Jesús hubiera sido colgado (crucificado) en pleno shabbat.

          Es decir, la cena pascual (en hebreo, seder) recae oficialmente la noche del 14 al 15 del mes hebreo de nisán – posiblemente, la noche del 6 al 7 de abril del año 30 – y los cuatro evangelistas suelen aceptar que Jesús murió un viernes. Ahora bien, para Juan, Jesús murió un viernes 14 de nisán (hacia las tres de la tarde), unas horas antes de que empezara la cena pascual y el shabbat. (Recordemos que los judíos empiezan a contar el día al caer el sol). Por tanto, para Juan, el día 14 era el día de la preparación de la pascua (del griego, paraskené y latín, parasceve) y el día 15 era tanto la Pascua como el shabbat. En cambio, para los sinópticos, Jesús fue crucificado un viernes 15 de nisán, y por tanto en pleno día de Pascua. En este último caso, las prisas por enterrarlo serían porque el día 16 era shabbat

'La última cena' (1547), en una de las versiones que realizó el pintor italiano de finales del Renacimiento conocido como TINTORETTO. En el extremo izquierdo, una mujer parece traer el cáliz a la mesa, mientras los discípulos, sentados, discuten, algunos acaloradamente, sobre quién será el traidor anunciado (Iglesia de San Marcuola, Venecia).

           Son varios los autores que consideran que la llamada última cena fue una cena de reunión del círculo íntimo de Jesús, tal vez una cena despedida, ya fuese porque Jesús creyó que Dios iba a instaurar finalmente su reino (Mc 14,25?), y en ese caso hablaríamos de un banquete mesiánico, para celebrar su llegada inminente; ya porque entendiera que su vida corría peligro, en especial tras el incidente protagonizado en el templo; o ya fuera por ambas razones. Algunos autores, como el profesor Antonio Piñero, la entienden como “una cena de despedida, de tono escatológico claro... que se parece mucho a un qiddush o cena festiva judía de la época.” (Escatológico hace referencia a que se creería que estaban viviendo los últimos días).

           Aunque debe decirse que estrictamente no era un qiddush que es como se designa la cena (y la oración inicial que la acompaña) que algunos círculos piadosos realizaban como forma preparatoria para honrar el shabbat (Ex 20,8) –, porque el qiddush se celebraba el viernes noche (cuando empieza el shabbat según la forma judía de contar el día), y la cena fue el jueves noche; porque tampoco parece haber intención de santificar el shabbat en las difíciles circunstancias en que se encontraban; y porque la oración del qiddush se pronunciaba durante la primera copa (Mishná, tratado Pesahim 10,2). Sin embargo, el contexto escatológico es claro: “Os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta ese día que lo beba nuevo en el Reino de Dios” (Mc 14,25 y par.). Para el reconocido teólogo protestante Joachim Jeremías se sitúa también en un contexto escatológico, y relaciona esta cena con otras realizadas por los discípulos – y compartidas por otros seguidores, incluso pecadores –, simbolizando “el banquete del tiempo de la salvación”, es decir la llegada del Reino de Dios.   

 

     Que no fue la cena de Pascua (seder) queda reflejado en los siguientes pasajes:

 

   o   El tipo de comida no se adecua a la comida pascual. Lo que en judaísmo contemporáneo se conoce como la comida del seder, tiene desde siempre como plato principal, el cordero asado e igualmente, de acuerdo con la tradición, se bendecían ritualmente y se bebían cuatro vasos de vino. Tampoco hay alusiones al pan ázimo ni a las hierbas amargas. Aunque el canto final de los salmos (Mc 14,26) sí podría corresponder.

 

   o   No tendría sentido liberar un preso (Barrabás) para participar de la Pascua, si la cena pascual ya se había celebrado la noche anterior, como pretenden los sinópticos (Mc 15,6).

 

   o   Si hiciéramos caso a los sinópticos, Jesús hubiera sido crucificado en plena Pascua y esto era impensable, pues la ley judía lo prohibía terminantemente.

 

   o   Si Jesús hubiera instituido la eucaristía en la cena pascual, la eucaristía debería celebrarse solo una vez al año, y no sucedió así en el cristianismo primitivo, como muestran los Hechos de los Apóstoles (Hch 2,42.46) o la Didaché.

 

   o   La extrañeza que produciría que Judas los dejara durante la cena, aparentemente sin haber terminado de cenar (Jn 13,27s), si esa hubiera sido la cena pascual.

 

 

 

Plato moderno que indica donde se sitúan los distintos elementos que se ingieren durante el seder, el ágape pascual hebreo, aunque el orden pueda variar. Siguiendo las agujas del reloj: huevo (hervido), muslito de cordero, hierbas amargas, haroseth (una pasta que combina frutas, nueces y especias), perejil y rábano picante. En el AT se habla de hierbas amargas, pan ázimo y cordero. Ninguno de estos tres elementos se mencionan en la Última Cena, excepción hecha del cordero por parte de los Sinópticos, no así de Juan.

  o   La Pascua judía se celebra en familia y con niños, mientras que Jesús solo se reunió con ‘los Doce’.

 

   o   La cita de Pablo “Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado.” (1 Cor 5,7. frag.), tiene más sentido si la cena fue el día anterior a la Pascua, pues usualmente ese día se sacrificaban los corderos en el templo.

 

   o   Los sacerdotes tenían planeado deshacerse de Jesús antes de la Pascua (Mc 14,1-3), lo que cuadra mejor con el evangelio de Juan. El mismo Lucas decía que temían que Jesús sublevara al pueblo (Lc 23,1-5); y en plena Pascua sería el mejor momento para producirse esa sublevación.

 

   o   El hombre que ayudó a Jesús a llevar la cruz, Simón de Cirene, venía del campo (Mc 15,21) – lo que presupone que ‘de trabajar’ –, algo difícil si era la Pascua, pues entonces cesaba el trabajo.

 

   o   El motivo de descolgarlo rápido de la cruz y darle sepultura era porque no querían que el cuerpo colgara de la cruz durante la fiesta. Si esta hubiese sido ese mismo día, tendría menos sentido desclavarlo.

 

   o   Finalmente, como concluyen los teólogos protestantes alemanes Gerd Theissen y Annette Merz: “si Jesús fue a Jerusalén con la intención de celebrar la Pascua, es comprensible que la tradición hiciera de esa intención un suceso real, tanto más ante la necesidad que sintieron los cristianos de celebrar una fiesta propia en la Pascua de los judíos(...) El traslado de fecha de la última cena de Jesús a la fiesta de Pascua se podría haber producido así, como una adaptación al uso litúrgico.”

 

      Concluiremos en breve, respondiendo a las dos últimas preguntas:        

¿Jesús predijo su muerte?   y   ¿Pretendía Jesús instituir un sacramento?

 

 

      Un cordial saludo,

      Jon C.


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