Pablo de Tarso

Introducción


     Saúl de Tarso, autollamado Pablo, es el personaje más importante del cristianismo primitivo. Aunque no conoció a Jesús (2 Cor 5,16), sus cartas o epístolas son el registro histórico más antiguo del NT, siendo autor de 7 de ellas. Además, otras 7 cartas le son atribuidas (pertenecen a discípulos suyos), los Hechos de los Apóstoles narran en gran parte su vida y los cuatro evangelios (incluido Juan), puede decirse que son paulinos en sus ideas esenciales.

 

Sabemos, por Pablo mismo, que este dictaba sus cartas a un amanuense (Rom 16,22), aunque alguna fuera escrita de su puño y letra (posiblemente la carta a Filemón, pues estaba en la cárcel). En esta bella obra desentonan algunos elementos, por ejemplo, deberían haberse incluido algunas velas y la existencia de un códice a mediados del s.I es improbable, siendo más razonable que Pablo escribiera en rollos de papiro. La túnica roja sería un elemento caro para la época que quizás no encaje bien con un humilde trabajador del cuero como Pablo. 'San Pablo escribiendo sus epístolas', obra atribuida al pintor barroco francés conocido como Valentin de Boulogne (c.1618-20). (Museum of Fine Arts, Houston).

     Las fuentes históricas para conocer a Pablo son, en esencia, dos:

 

1) Sus cartas personales, que ya dijimos que son siete: 1 Tesalonicenses (c.51), Gálatas (c.-54-55), Filipenses (c.56), 1 y 2 Corintios (c.56-57), Filemón (c.57) y Romanos (c.57-58).

2) Los Hechos de los Apóstoles: un texto que narra su vida a partir de la muerte de Esteban (c.35) y hasta su llegada a Roma en época de Nerón. Es una obra anónima, aunque la tradición la considera escrita por el mismo evangelista Lucas y considera a este el médico amigo de Pablo. Otra posibilidad, quizás más apropiada, es que el autor fuera un discípulo de Lucas. Su fecha de redacción se estima normalmente entre el 80-100, aunque hay partidarios razonables de una datación posterior, hasta (100-120). Algunos defienden una datación previa al año 80, pero esto es complejo porque sería anterior a los evangelios.

 

     La vida de Pablo que hemos vista reproducida en libros y especialmente películas sigue a los Hechos de los Apóstoles, a pesar de ser una fuente más tardía, que proporciona una visión idealizada de Pablo y de las ekklesiai cristianas, pero muestra serias divergencias con las cartas paulinas. Una de las razones para ello es que Hechos narra una vida de Pablo llena de peripecias y milagros que la vuelven más amena, que no sus cartas, que se centran en sus dificultades por transmitir su mensaje a las distintas comunidades, así como su difícil forma de ganarse el pan. Otra razón es la visión idílica y unitaria de las comunidades cristianas.

     Su vida puede resumirse de forma esquemática en los siguientes puntos (las fechas son aproximadas y no son seguras):

 

1. Pablo perseguía a los seguidores de Jesús.

2. Pablo hizo un cambio drástico en el que pasó de perseguidor a ser miembro de la secta perseguida: la secta nazorea o cristiana, es decir, un grupo judío que consideraba que Jesús había sido el mesías anunciado ya por algunos profetas del AT. Hechos narra un conocido milagro para describir tal punto de inflexión y que ilustra la pintura adyacente: yendo hacia Damasco una voz (acompañada a veces de una luz cegadora*), supuestamente de Jesús, le preguntó por qué le perseguía.

(*) Hechos narra tres veces este relato y en cada una de ellas hay variaciones.

 

Ni se dice que Pablo fuera a caballo, ni podía vestir con armadura (que, además, no existía en esa época). La presencia de Jesús con una cruz es del todo anacrónica, pues este símbolo era visto como aberración por los judeocristianos de los primeros siglos. La 'Conversión de San Pablo' es obra del pintor madrileño del barroco Francisco Camilo (c.1667), hoy en la Casa del Sol, sede del Museo de Segovia (España).

 

3. A través de Bernabé conocerá a Pedro,  a Jaime (hermano carnal de Jesús), así como a algunos discípulos en Jerusalén. Tras una breve formación, Bernabé se lleva a Pablo a la comunidad (ekklesia) de Antioquía del Orontes, hoy Siria.

4. Desde aquí ambos parten en un viaje en misión, donde visitan Creta y luego el sur y centro de Turquía, fundando algunas pequeñas comunidades, para regresar a Antioquía (c.44-49). Allí llevan a cabo una política de acceso a los paganos, que chocará con lo predicado desde Jerusalén.

5. Suele ubicarse después el mal llamado concilio de Jerusalén (49-50), donde Pablo acepta cumplir una colecta para los pobres de la iglesia de Jerusalén, pero no fue amonestado.

6. Incidente en Antioquía (c.50) con Pedro y Bernabé, a raíz de la visita de un sector judeocristiano más rígido. Pablo se enfada con Pedro. Pablo será advertido desde Jerusalén, posiblemente por carta, de que los paganos deben cumplir las leyes noájidas (de Noé), al menos  en cuanto a la purificación de los alimentos. Este fue el gran caballo de batalla de Pablo durante su vida de peregrinación.

7. En Antioquía Pablo, que ha roto relaciones con Bernabé, parte en un segundo viaje (c.50-53), esta vez junto a Silas, revisitando sus comunidades y viajando hasta las provincias romanas de Macedonia y Acaya, llevando a cabo allí también su labor evangelizadora.

8. Pablo culmina un tercer viaje misionero (c.53-58), recorriendo de nuevo sus comunidades y manifestando al final su deseo de visitar Hispania, pasando por Roma.

9. Pero a su regreso a Jerusalén (c.58) es obligado a purificarse en el templo por Jaime y allí es víctima de un intento de linchamiento, por parte de un sector judío radical, del que se salva al ser apresado por soldados romanos. Pablo es entonces encarcelado.

10. Tras un tiempo en distintas prisiones (Jerusalén, Cesarea del Mar y quizás Roma), Pablo muere en época de Nerón (54-68), posiblemente no más tarde del 62.

 

      Su muerte no está clara: no se conoce el lugar, el año ni las circunstancias de esta. La tradición supone un martirio en Roma: Pablo sería así decapitado en la via Ostiense, donde hoy se erige la enorme basílica de San Pablo Extramuros. Que fuera ejecutado junto a otros cristianos acusados todos de incendiar Roma (19-25 julio 64) es cronológicamente imposible. La 1ª carta de Clemente (epístola de Roma a los corintios), escrita a finales del s.I, tampoco menciona el incendio y habla de "celos y envidia" como causa de la muerte, lo que apunta a rivalidades internas con otra/s comunidad/es judeocristianas. Su misma llegada a Roma es, en nuestra modesta opinión, una suposición difícil de verificar, pues se sustenta en una ciudadanía romana de difícil aceptación.

Seguiremos.

 

Un saludo,

Jon C.


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